Jun 19, 2006

la collectionneuse

La coleccionista - Éric Romher (1967)

Adrien, propietario de una galería de arte, se retira al campo durante el verano para dedicarle un mes al descanso, al pensamiento, al pasar los días sin hacer nada, con la excusa de un socio que le espera. En un pequeño pueblo costero entre calas y paisajes verdes, llega a un chalet que compartirá con el elocuente pintor Daniel y con la sensual y perturbadora Haydeé, los dos acuerdan dedicarse a la inactividad más profunda y contemplativa mientras que la imprevisible joven aparentemente acepta el propósito. Una de las primeras películas de Éric Rohmer (1966) fue mi debut en su filmografía y sigue siendo mi preferida, reflejo de naturalidad y belleza, fija ese gusto desde unos créditos que acarician el cuerpo de Haydeé Politoff y dan paso a una tranquila sucesión de encuentros y reflexiones ágiles, precisas y sugerentes, de manera natural, contemplativa e improvisada.

Poco hará falta para que las salidas nocturnas con distintos hombres de Haydeé vayan alterando la relación entre los tres huéspedes. Daniel y Adrien pronto empezerán a definirla con crueldad, éste último desprecia y tantea a la complaciente joven, para acabar dándose juntos un baño en un recóndita playa, uno más será Daniel que tras una noche en su habitación con Haydeé, abandona los ideales de su estancia y las inteligentes conversaciones con su amigo... entonces Adrien con la claridad de cada mañana irá fraguando en su imaginación la idea de que quiere añadirle a su 'colección', atraído por ella y en vista de que se escapa a sus palabras.

Jun 15, 2006

bondage fruit

Bondage Fruit - I (1991)

I fue el debut de una de las bandas más interesantes que Japón ha dado al zeuhl, Kido Natsuki (guitar), Katsui Yuji (violin, vocals), Ohtsubo Hirohiko (bass), Takara Kuimiko (vibraphone, marumba, glockenspiel, percussion), Okabe Youichi (percussion), Saga Yuk (vocals), Aki (vocals), Yen Chang (vocals) además de colaboraciones, y lo son porque hacen del avant una propuesta sugerente y bella, aparte de vertiginosa y excitante. Trato de evitar hablar de 'progresivo' un término que así de primeras representa a grupos que me disgustan pero que en realidad abarca un campo muy amplio, enorme, puedes enlazar casi cualquier cosa. Es complicado pero me parecía interesante (muchas ideas y poco ánimo) repasar un poco el zeuhl, desde Christian Vander y la pequeña pléyade que surgió, a más tarde Japón e incluso alguna novedad como ha sido Zaar, ya que practicamente se desconoce su existencia.

Es una música extraña sí, étnica, improvisada, espacial, de percusiones vertiginosas y de voces que se cruzan, aunque sea -como siempre digo, no se me ocurre otra cosa- extraterrestre, es jazz o jazz-rock, como sí los indios viviesen en Marte. Aquí hay más fusión y un concepto amplio y maravilloso, más soñador. Un violín va dibujando la estela de un cometa entre los irresistibles cambios de ritmo y la calma absoluta. No deben cantar en kobaian pero persiguen a Magma o a Zao sin cesar en 'Octopus-Command' y 'Arabia no Zou' recordando sus batallas interestelares, 'Kodomo no Torokko' va fluyendo hasta hacerse una exótica obra maestra, se vuelven más cerebrales con pinceladas del japonés underground en 'Holly Roller' o el cierre en clave de free-jazz y noise 'T. Rex' , hora de descansar un poco, al mirar por la ventana piensas en que sí en el espacio existiese una canción tradicional sería la preciosa y étnica 'Hikou suuro Ko' y te acuestas rodeado de estrellas,'Kakuu no Sakana' una de las cosas más bellas que jamás he escuchado, así da igual la soledad allá donde estés.

Jun 8, 2006

maher shalal hash baz

Maher Shalal Hash Baz - Live Aoiheya January 2003 (Chapter Music, 2005)

Alrededor de veinte años Tori Kudo ha desplegado desde Japón su talento junto a su esposa Reiko sin que tuviéramos opción de valorarlo, hace unos pocos llegó la oportunidad, y para mí con 'Blues du Jour', condensada en 41 trazos
e infinidad de susurros y miniaturas saltarinas de avant, lo-fi y jazz/folk. Revolucionario político, testigo de Jehová (culpable del nombre del proyecto), alfarero... múltiples caras como formaciones de la banda, sólo el dúo es la constante al son de instrumentos de viento. Entre discos y numerosos ep's como 'Souvenir De Mauve' (Majikick, 1999) o el precioso 'Maher On Water' (Geographic, 2002), que se presentan como ventanas a pequeñas y diferentes habitaciones en las que alguien ya dió la luz, puedes probar y pasar a la siguiente; en cada una, un experimento de mentirijilla. Con un aire naif,
Ghost, Velvet Underground o The Iditarod me vienen a la cabeza bailando un vals. Aquí el espirítu libre juega en favor de la aventura, distintos paisajes y melodías, más psicodelia y la isla que se queda pequeña para acoger tal despliegue, ¿hay sitio para uno más?. Remotecontrol y Domino tienen sus últimos discos.

Jun 3, 2006

prince lasha & sonny simmons

Prince Lasha with Sonny Simmons - Firebirds (1967)

La flauta siempre ha sido un instrumento subestimado en la historia del jazz, desde la oscuridad Prince Lasha, también con el alto y el atractivo clarinete alto, recogió unas pocas sesiones y algún que otro disco para volver a sumergirse en ella, y lo hizo con Eric Dolphy, Elvin Jones y principalmente y en varias ocasiones con un buscador de los límites del género con otros estilos, su amigo el alto saxo Sonny Simmons, 'Staying on the Watch' (uno de mis primeros vinilos jazzeros), 'Manhattan Ego's' o 'Music for the Spheres' merecerían igualmente estar aquí; años atrás durante los cincuenta improvisó junto a Ornette Coleman y poco antes de que éste recogiera 'Something Else' con Don Cherry,se mudó a la Costa Oeste, todos preferidos en lo personal. Es imposible decir su nombre sin referirse a Firebirds, aunque hay más y bueno, sería una provocación no hacerlo. Los cinco cortes del disco con bajo, vibráfono y batería, desprenden free, avant-garde, no carente de espiritualidad pero inundanda por una sensación de unión y liberación, que proyecta esa fuerza emocional del gran Yusef Lateef, la world music y las diferentes culturas, con sitio para suites y el escapismo nocturno, vayámonos a The Island Song.